El «perro sabio y celestial» incomodado por el «búho filosófico»
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Fecha
2020Autor(es)
Muñoz Cabrejo, Luis Fernando
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Sócrates, sería el iniciador de un «camino»/ ὁδός particular y novedoso para
alcanzar la ἀρετή/ «virtud», la «felicidad»/ εὐδαιμονία y por ende, la «salvación»/
σωτηρία. Un «camino» que ha transitado toda su vida obedeciendo la «voz» del
«δαιμόνιον», que bien podría ser la «voz» de la «divinidad» o de su «conciencia».
Antístenes, «continuará» coherente y consecuente ese novedoso «camino»,
afirmando que él sí sabía quién escogía e indicaba el «camino» por donde transitaba: era
la «voz» de su «conciencia», de su «intelecto»/ νοῦς.
Años después, Diógenes de Sinope discípulo de Antístenes, sería quien termine
por radicalizar dicho «camino», renunciando y modificando la «legalidad vigente»/τὸ
πολιτικὸν νὸμισνα, en estricto cumplimiento de la «voz» de su «conciencia» y la del
«dios» que mora y habla en Delfos. Y terminará despojándose de la
«máscara»/πρόσωπον humana-cultural, y quedándose con la apariencia animal/ζῷο, la
del conocido y familiar «perro»/ κύων, convirtiéndose así en el verdadero y auténtico
κυνικός/ «cínico», y el último representante del filosofar trágico, de cepa tradicional y
auténticamente griega.
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