Programas educativos antitabaco y su relación con el hábito de fumar Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas Lima, 2011

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2012Author(s)
Ruiz Mori, Carlos Enrique
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Un problema fundamental en los programas
de salud de todos los países es el consumo de cigarrillos y sus efectos
sobre la salud mundial. El éxito de los programas educativos contra el
tabaco en otros países así como en el Perú, no han mostrado resultados
alentadores. El objetivo del presente estudio es evaluar en exfumadores
de que manera los programas educativos anti-tabaco han influido para
que ellos alcancen esta situación de “No Fumador”; y si dichos programas
han permitido conocer lo perjudicial que es el tabaco en su salud y poder
abandonarlo. Se encuestaron a 241 personas, exfumadores, mayores de 18
años que acudieron al servicio de cardiología del Instituto Nacional de
Enfermedades Neoplásicas (INEN), entre mayo del 2010 y abril del 2011.
Resultados: La edad promedio fue 56,8 años (rango 32 a 79 años).
Participaron 171 hombres (71,0%) y 70 mujeres (29,0%). La edad en que
empezaron a fumar fue 16,4 años (rango, 13 a 25 años), en hombres fue
15,5 años y en mujeres fue 18,5 años. La principal causa por la cual los
sujetos empezaron a fumar fue por “presión del grupo” (45%), el mayor
porcentaje fumaba entre 6 a 10 cigarrillos (44,4%). El motivo por el cual
dejaron de fumar definitivamente, el 43% fue por enfermedad, el 16% por
un familiar y/o amistad que enfermó y el 15% dejó de fumar por pedido
familiar, de los hijos y/o nietos (niños que en los colegios recibieron
charlas que el humo del tabaco es dañino para la salud y que las
personas que lo hacen envenenan la naturaleza). El 35,3% de hombres
fumaba su primer cigarrillo antes que transcurriera una hora desde
levantarse y en mujeres el 15,9%, mostrando que los hombres tienen
mayor adicción por la nicotina que las mujeres (p=0.003). El 20% intentó
dejar de fumar (más de una vez) y el 17% siguió un programa anti-tabaco,
pero sin éxito. El 90% responde que conoce que “Fumar es dañino para la
salud” y el 57% respondió que se informó a través de la televisión, el 43%
a través de los periódicos y el 29% en el colegio. En relación al
conocimiento sobre las enfermedades que puede producir el tabaco, el
78% respondió el cáncer, el 45% enfermedad pulmonar y un 43% infarto
al miocardio; pero al preguntarles que enfermedades les puede producir a
los encuestados el tabaco, sólo un 31% respondió cáncer, el 18%
enfermedad pulmonar y un 15% infarto al miocardio.
Concluye que este estudio demuestra que no se encuentra una relación
significativa entre el abandono del hábito de fumar y la asistencia a
programas educativos, la mayor tendencia en el fumador es que para
dejar de fumar en forma definitiva tiene que sufrir de una enfermedad
importante en su salud, o en algún familiar y/o amistad muy cercana
producto del tabaco. Hay una tendencia en que el adulto deja su
condición de fumador, por presión de sus hijos que han recibido
programas educativos estructurados en los colegios. Los programas
educativos han permitido que el Fumador acepte que “Fumar es dañino
para la salud”, pero falta crear la suficiente convicción de que el fumador
está expuesto a dichos peligros.
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